dijous, 8 d’octubre del 2020

LA GUERRA A LOS VEINTE AÑOS – En Villarroya de los Pinares

(...) poco a poco vamos conociendo al resto de los componentes de la compañía de ametralladoras. El sargento de la chaqueta verde nos sigue tratando paternalmente. Pero el que más me impresiona es el capitán. Si alguna vez he conocido a alguien con dotes espontáneas de mando es él. Parece que ha sido una figura importante de la CNT valenciana, pero no ha querido ocupar puestos de más categoría. Entre otros hay de todo y tiempo habrá para conocernos mejor. De momento, a pesar de que nos hemos incorporado a una unidad regular seguimos sin hacer nada, entre otras razones porque no tenemos ni ametralladoras. (…) Hablamos, cantamos comemos y dormimos y poco más, lo que a la larga se hace aburrido. De manera que decido darme una vuelta por Villaroya.(1) 

Curioseo por los rincones del pueblo y lo que más me ilusiona es ver que en una casa están amasando pan. Estoy tan cautivado por el espectáculo que acaban ofreciéndome un pan salido del horno. No es el hambre, no, es que este pan tiene todos los gustos del mundo. Y, como entre una cosa y otra se me ha pasado el rato, me dispongo a dar la última vuelta y regresar a mis lares. Pero alguien me llama desde una ventana... (2)
Fachada del antiguo horno de Villarroya de los Pinares, No es el hambre, no, es que este 
pan tiene todos los gustos del mundo.


1- El autor se refiere a Villarroya de los Pinares.
2- Fragmento del libro publicado por Miguel Siguan, componente de una unidad de ametralladoras de la 82 Brigada Mixta del Ejército de la República (pág. 25), en la primavera de 1938, después de la Batalla de Alfambra. 









Miguel Siguan, La guerra a los 20 años, Editorial El Ciervo, Barcelona 2004





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