dilluns, 28 d’abril del 2014

MIRAMBEL, septiembre de 1928

 (Article publicat en la revista del CEMAT, Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense. Número 18- Any 2010)



En los primeros años del siglo XIII vivían en la ciudad de Teruel, Juan de Marcilla e Isabel de Segura. Juan estaba enamorado desde niño de Isabel, siendo correspondido por esta. Isabel era de una familia importante y acomodada, mientras Juan era de una más modesta. El padre de Isabel accedió a que se desposaran a cambio de que Juan, en un periodo de cinco años, volviera rico.

Al cabo de este tiempo Juan volvió a Teruel con una buena posición económica, encontrándose que Isabel se había casado con un señor de Albarracín. Juan de Marcilla, en un encuentro que tubo con Isabel de Segura, le pidió que le diera un beso; ella se lo negó y él murió de dolor. Durante el funeral de Juan, Isabel se acercó hasta el féretro y le dio el beso en los labios que le había negado en vida, repentinamente, ella cayó muerta junto a él.

En 1555 fueron descubiertas en la capilla de San Cosme y de San Damián, las momias enterradas de Juan de Marcilla e Isabel de Segura junto con un documento que recogía el suceso de sus vidas.

Romeo y Julieta, son los dos protagonistas de una obra literaria escrita por Willian Shakespeare en 1597. Dos jóvenes amantes de Verona, que deciden casarse de forma clandestina por la oposición de sus respectivas familias. La rivalidad entre estas familias y la presión que tuvieron que soportar Romeo y Julieta, les llevo al suicidio.

Julián García Palomo y María Pilar Palomo Monfort, eran dos jóvenes de Mirambel que murieron por amor. Desconocemos si su historia fue parecida a la de los Amantes de Teruel o a los protagonistas de la obra de Willian Shakespeare. Tampoco sabremos si se trató de violencia de género, como ocurre en nuestros días. También desconocemos si había parentesco entre ellos, ja que en los diferentes textos no aparece los dos apellidos de Pilar.

Pero estamos seguros que este hecho traspasó las fronteras locales, provinciales y regionales hasta llegar a ser noticia en La Vanguardia,  un periódico editado en Barcelona desde el 1 de febrero de 1881, así como en La Voz. Diario independiente de la noche y en La Correspondencia Militar. Dos publicaciones de la capital del estado, Madrid.

Para finalizar, en la cabecera de La Voz. Diario independiente de la noche, aparece la siguiente anotación: “Este número ha sido revisado por la censura”. ¿Fue esta censura la que impidió saber el nombre completo de la agraciada muchacha?

Francisco Montpesar
Abril de 2010





dissabte, 19 d’abril del 2014

SAN CRISTÓBAL DE MIRAMBEL, julio de 1875



 (Article publicat en la revista del CEMAT, Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense. Número 19 - Any 2010)


 







 SAN CRISTÓBAL DE MIRAMBEL, julio de 1875
  
Como en muchas poblaciones de la comarca, Mirambel, posee su ermita dedicada a San Cristóbal. Esta se encuentra situada a lo alto del monte del mismo nombre a 1.212 metros sobre el nivel del mar y que junto a Aliento (1.170 m) y Puntal (1.137 m), observan, en su vertiente solana, el despertar del pueblo.

De planta rectangular y cubierta a dos aguas de estilo románico tardío, fue construida para indicar la presencia del cristianismo en estas tierras arrebatadas a los musulmanes. Está dedicada como su nombre indica un mártir del siglo III DC cuya creencia común bastaba con mirar su imagen para que el viajero de librase de todo peligro durante aquel día.

En el santoral cristiano, San Cristóbal es celebrada el 10 de julio y por esas fechas hay la tradición de bendecir los vehículos. Después de misa y bajo la presidencia del mosén y los monaguillos, lanza agua bendita sobre una caravana de vehículos a motor, que en procesión avanzan lentamente para librarse de todo peligro durante ese día y por efecto de la evolución de los medios de transporte, esta se extiende al resto del año. Al final de la procesión y tragándose el humo de los tubos de escape aparecen los zagales con sus bicicletas para recibir, al igual que los adultos, el librarse de tener accidentes con sus particulares vehículos.

Pero la experiencia me demostró que por mucha agua bendita y el llavero entregado por los Mayorales después de esta ceremonia y que era colocada con mucho orgullo en el manillar, al final del verano mi cuerpo estaba lleno de trompazos y arañazos producidos al caerme de la bicicleta y desconozco si mis amigos de juego tuvieron la necesidad y la creencia de mirar al santo para que les librase de todo peligro.

El 30 de junio de 1875, el edificio dedicado al santo vio pasar a las tropas Isabelinas al mando del militar Weler quien actuando bajo las órdenes del general Joaquin Jovellamos (Ministro de la Guerra) salió al encuentro de las tropas Carlistas de Gamundi y Boet. Se entabló una batalla entre éstos en el carrascal de Tronchón. (información aparecida en el semanario LA ÉPOCA. Diario Político, del jueves 22 de julio de 1875). En el transcurso de la ampliación del antiguo camino de Trochón a Villarluengo, cerca de la masía del Palomar, apareció una fosa con restos humanos. Desconozco si eran Carlistas o Isabelinos y si por su paso por la ermita tuvieron la necesidad y la creencia de mirar al santo para que les librase de todo peligro.

Más de 50 años después, en agosto de 1936, otra guerra civil asoló estas tierras. De nuevo las paredes de la ermita fueron protagonistas de otro episodio militar: el saqueo y destrucción de sus altares. Nunca sabremos tampoco si los individuos que asaltaron la ermita, antes de llevar a cabo destrozos y saqueo,  tuvieron la necesidad o el acto reflejo de mirar al santo para que les librase de todo peligro.

Y tuvieron que pasar otros  75 años para que de nuevo las paredes de la ermita vieron y sufrieran , en este caso no por culpa de una guerra civil sino fruto de la desidia administrativa que las llevó a sufrir con abnegación el inicio de unas obras de reparación y consolidación del tejado, quedando solamente los cuatro muros despojadas de su cubierta más de dos años. Pasaron 700 días soportando las inclemencias del tiempo. En esta ocasión quizás el  mismo San Cristóbal no utilizó un espejo para mirarse a si mismo y librase de todo peligro.



La fotografía nos indica de cómo quedó el altar de San Cristóbal después de estar 700 días soportando las inclemencias del tiempo. Basta con mirarla para asegurar que no se libró de todo peligro.

Francisco Monpesar - Novembre de 2010







dissabte, 5 d’abril del 2014

PÍO BAROJA. 15 de diciembre de 1935

(Article publicat en la revista del CEMAT, Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense. Número 21 - Any 2011)


PÍO BAROJA. 15 de diciembre de 1935

Por la biografía escrita sobre Pío Baroja, se sabe que en julio de 1936 se encontraba en su casa de veraneo de Vera de Bidasoa  observando el paso de una columna de Carlistas que desde Pamplona se dirigían a Guipúzcoa a combatir contra el legítimo gobierno de la II República. Fue identificado por alguno de los oficiales, por lo que, de inmediato, fue detenido, encarcelado y pasó a estar sujeto a fusilamiento.  Al día siguiente y gracias a la mediación del militar Carlos Martínez Campos, conde de Lloevera, más tarde duque de la Torre, fue puesto en libertad. Baroja, al verse en peligro de muerte, decide exiliarse temporalmente a Francia. Se dirigió andando hasta la frontera, siendo recogido por un turista de guerra francés, que con su vehículo le ayudó a cruzar la frontera. Durante la Guerra Civil, Pío Baroja estuvo viviendo en París.

El 15 de diciembre de 1935, siete meses antes del golpe militar y un mes antes de que publicara un artículo suyo en Campo Libre (ver Perión 20, pág. 17),  durante la inauguración de un busto dedicado a su persona (obra del escultor Victorio Macho y que se encuentra el Museo Municipal de San Sebastián -hoy de San Telmo Moseoa de Donostia-), Baroja pronunció unas palabras que dicen así: ...:

"Si se borra mi recuerdo y el busto persiste en su sitio, me contentaría, si esto fuera posible, con que la gente que lo contemplara en el porvenir supiera que el que sirvió de modelo a esta estatua era un hombre que tenía el entusiasmo por la verdad, el odio a la hipocresía y la mentira y que, aunque dijeran lo contrario en su tiempo, era un vasco que amaba entrañablemente a su país".

Y es tras estas palabras que os muestro una lista con nombres de aragoneses, que sintiéndose entusiasmados por la verdad, odiaron  la hipocresía y la mentira y, aunque se dijera lo contrario, amaron con fidelidad a su tierra. En su memoria no se erigió ninguna estatua; ningún busto que contemplar  pero las palabras de Baroja nos los hacen recordar..

Francisco Monpesar

Plácido Altaba Rabasa
Murió en el frente de batalla. Se desconoce el lugar de su muerte, las causas y en donde se encuentra enterrado.
Pedro Barceló Conesa
Murió en el frente de batalla. Se desconoce el lugar de su muerte, las causas y en donde se encuentra enterrado. Nació en el año 1917, por tanto no tendría más de 20 años cuando murió.
Severiano Barceló Monforte
Murió en el frente de Azuara en Zaragoza al recibir metralla durante un bombardeo el 28 de agosto de 1937. Se desconoce dónde se encuentra enterrado
José Buj Palomo
En abril de 1938 se incorporó en la Caja de Reclutas de Alcañiz.
Murió en el frente de Valencia por  herida de bala el 7 de mayo de 1938.  Se desconoce el lugar en donde se encuentra enterrado.
Pelegrino Carceller Monserrate
Murió en el frente de batalla.  Se desconoce las causas, el lugar de su muerte y en donde se encuentra enterrado. Nació el 9 de mayo de 1919, no llegaba a los 20 años cuando murió.
Conesa Daudén, José Miguel
Murió en el frente del Ebro. Se desconoce las causas, el lugar de su muerte y en donde se encuentra enterrado
Juan José Dalmau Gascón
Muerto por herida de bala el 19 de enero de 1937, en Villarluengo.  Enterrado inicialmente en el cementerio de esta población y trasladado durante la segunda quincena del mes de mayo de 1938 al cementerio de Mirambel, en donde se encuentra actualmente. Tenía 27 años
Manuel Dalmau Plana
Murió en el frente de batalla.  Se desconoce el lugar de su muerte, las causas y en donde se encuentra enterrado
Antonio Gimeno Dalmau
Murió el 5 de septiembre de 1941 a causa de una neumonía, en el Campo de Penados de Belchite y sus restos se encuentran enterrados en el cementerio de esta localidad. Murió a la edad de 46 años
Manuel Guimerá Monfort
Muerto por herida de bala el 21 de enero de 1937 en el cementerio de Alcorisa. Se cree que se encuentra en el mismo lugar de su muerte. Pero a fecha de hoy no se tiene constancia documental
Eduardo Marín Plana
Muerto por herida de bala el 19 de enero de 1937 a la edad de 27 años, en Villarluengo. Enterrado inicialmente en el cementerio de esta población y trasladado durante la segunda quincena del mes de mayo al cementerio de Mirambel
Agustín Mas Guerrero
Murió el 24 de enero de 1941 a la edad de 29 años a causa de tuberculosis pulmonar y insuficiencia cardíaca. Se encontraba en la cárcel de Torrero (Zaragoza) y fue enterrado en el cementerio del mismo nombre
Federico Mayo García
Murió en la cárcel. Se desconoce la causa, el lugar y en donde se encuentra enterrado
Antonio Milian Cruz
Murió en 8 de marzo de 1940 cuando se encontrada encarcelado. Se desconoce la causa, el lugar y en donde se encuentra enterrado
Manuel Monforte Pechovierto
Muerto por herida de bala el 21 de enero de 1937 en el cementerio de Alcorisa. Se cree que se encuentra enterrado en este cementerio. Pero a fecha de hoy no se tiene constancia documental
Rafael Querol Porcar
El 16 de noviembre de 1937 se incorporó a la Caja de Reclutas de Alcañiz.
Murió en el frente de batalla.  Se desconoce  el lugar de su muerte, las causas y en donde se encuentra enterrado. No llegaba a los 20 años de edad ya que había nacido en 1918
Blas Repullés Marín
Muerto por herida de bala el 19 de enero de 1937, en Villarluengo.. Enterrado inicialmente en el cementerio de esta población y trasladado durante la segunda quincena del mes de mayo al cementerio de Mirambel. Tenía 30 años
Julián Repullés Marín
Murió en el frente de batalla.  Se desconoce  el lugar de su muerte, las causas y en donde se encuentra enterrado. No llegaba a los 20 años de edad
Manuel Royo Herrero
Murió en la cárcel de Torrero, el 1 de mayo de 1942 por una encefalitis y desfallecimiento cardíaco. Fue enterrado en la zanja
nº 25-2 del cementerio de Torrero. Tenía 60 años
Manuel Soler Marín
Murió en el frente de Extremadura a consecuencia de metralla recibida.  Se desconoce el lugar donde se encuentra enterrado. Su muerte se produjo a los 20 años de edad
José Sorribas Artola
Murió en el hospital de evacuación de Valencia, el 29 de octubre de 1938, por las heridas recibidas en combate. Se desconoce el lugar dónde se encuentra enterrado
José Sorribas Monforte
Murió el 2 de diciembre de 1947, a la edad de 57 años por una anemia permicisa, en la cárcel Modelo de Barcelona y enterrado en el cementerio Sud-oeste de esta ciudad (cementerio de Montjuïc)
Juan José Sorribas Monforte
Murió en el frente de Teruel, el 18 de diciembre de 1938.  Se desconoce la causa de su muerte y en donde se encuentra enterrado. No llegaba a los 20 años de edad. Pertenecía a 117 BM 468 Bon. del Ejército Popular de la República
José Troncho Dolz
Murió a causa de una psicosis e inmediato colapso cardíaco, el 18 de agosto de 1941 a la edad de 30 años. Se encontraba internado en la cárcel de Torrero de la capital aragonesa y sus restos fueron enterrados en el cementerio de Torrero
José Vallés Perales
Muerto por herida de bala el 19 de enero de 1937 en el cementerio de Villarluengo, a la edad de 25 años.  Enterrado inicialmente en este y trasladado durante la segunda quincena del mes de mayo de 1938 al cementerio de Mirambel
Miguel Vallés Perales   
Muerto por herida de bala el 19 de enero de 1937, a la edad de 20 años, en el cementerio de Villarluengo.  Enterrado en esta población y trasladado durante la segunda quincena del mes de mayo de 1938 al cementerio de Mirambel
Manuel Virgós Moles
Muerto por herida de bala el 21 de enero de 1937, en el cementerio de Alcorisa. Se cree que se encuentra enterrado en este lugar. Pero ha fecha de hoy no se tiene constancia documental