dijous, 15 d’octubre del 2020

BENJAMÍN BENET BLANCH Y CANTAVIEJA

Fotografía: Revista Sàpiens

Son las 6,30 de la mañana del 15 de octubre de 1940, Benjamín Benet, suboficial del Ejército español, dirige un pelotón de ejecución. Delante de él yace en el suelo, en un charco de sangre el condenado a ser fusilado por una sentencia dictada horas antes por el tribunal militar, y con el “enterado” del Jefe del Estado.

Mantiene los ojos abiertos. Todavía respira. Benjamín Benet, como encargado de dar el tiro de gracia, se acerca, empuña en su mano derecha su Astra 400 de 9 mm largo, le tiembla el pulso, realiza diversos disparos… Es la primera vez que dispara contra un ser humano a tan poca distancia (será la última).

Delante, ya muerto, se encuentra Lluís Companys i Jover, President de la Generalitat de Catalunya. El único presidente elegido democráticamente asesinado en la Europa del siglo XX por el fascismo. La orden de dirigir por primera vez un pelotón de ejecución, la ha recibido pocas horas antes de cumplirla y a 60 minutos de “apunten, fuego y el tiro de gracia” ha conocido la identidad del ejecutado.

El sargento Benjamín Benet estaba destinado a Zaragoza, cuando se produce el golpe militar y se une a la causa. Como miembro del Cuerpo de Seguridad y Asalto participa activamente, desplazándose desde del cuartel general del cuerpo en Zaragoza al frente y de vuelta a la capital. En 1937 esta enrolado de la 15ª Cía. de Asalto en el frente de Teruel, siendo condecorado por acciones de guerra. Incorporándose, en octubre del mismo año, a la Brigada Legionaria italiana, conocida como Flechas Negras y el 23 de mayo es trasladado a Cantavieja (Maestrazgo turolense). Por motivos de salud es evacuado al hospital de militar de Burgos. Posteriormente es destinado a Lleida y acaba la guerra, de nuevo en Zaragoza. Falleció el 16 de marzo de 1950.


AGMAV M-1306-118

Para ampliar este artículo, y según el plano custodiado en el Archivo General Militar de Ávila, la Brigada mixta de Flechas Negras tenían instalado en Cantavieja: el mando de la brigada y el mando del 2º regimiento, diversos batallones, una sección de sanidad con hospital y núcleo quirúrgico, servicio de intendencia y dos secciones de baterías de 20 m/m. Entre Mirambel y La Iglesuela estaban otras unidades de la brigada.

Fuentes de información: Revista Sàpiens, núm. 161, octubre de 2015. Barcelona y Archivo General Militar de Ávila.

dijous, 8 d’octubre del 2020

LA GUERRA A LOS VEINTE AÑOS – En Villarroya de los Pinares

(...) poco a poco vamos conociendo al resto de los componentes de la compañía de ametralladoras. El sargento de la chaqueta verde nos sigue tratando paternalmente. Pero el que más me impresiona es el capitán. Si alguna vez he conocido a alguien con dotes espontáneas de mando es él. Parece que ha sido una figura importante de la CNT valenciana, pero no ha querido ocupar puestos de más categoría. Entre otros hay de todo y tiempo habrá para conocernos mejor. De momento, a pesar de que nos hemos incorporado a una unidad regular seguimos sin hacer nada, entre otras razones porque no tenemos ni ametralladoras. (…) Hablamos, cantamos comemos y dormimos y poco más, lo que a la larga se hace aburrido. De manera que decido darme una vuelta por Villaroya.(1) 

Curioseo por los rincones del pueblo y lo que más me ilusiona es ver que en una casa están amasando pan. Estoy tan cautivado por el espectáculo que acaban ofreciéndome un pan salido del horno. No es el hambre, no, es que este pan tiene todos los gustos del mundo. Y, como entre una cosa y otra se me ha pasado el rato, me dispongo a dar la última vuelta y regresar a mis lares. Pero alguien me llama desde una ventana... (2)
Fachada del antiguo horno de Villarroya de los Pinares, No es el hambre, no, es que este 
pan tiene todos los gustos del mundo.


1- El autor se refiere a Villarroya de los Pinares.
2- Fragmento del libro publicado por Miguel Siguan, componente de una unidad de ametralladoras de la 82 Brigada Mixta del Ejército de la República (pág. 25), en la primavera de 1938, después de la Batalla de Alfambra. 









Miguel Siguan, La guerra a los 20 años, Editorial El Ciervo, Barcelona 2004